
Diferencias entre procurador y abogado
La diferencia entre procurador y abogado es una de las dudas más frecuentes entre quienes se acercan por primera vez al mundo del Derecho. A simple vista, ambos profesionales parecen desempeñar funciones similares, pero lo cierto es que su papel dentro del proceso judicial es muy distinto.
En este nuevo artículo, vamos a explicar de forma clara y sencilla qué diferencia hay entre un abogado y un procurador, qué funciones realiza cada uno y, por supuesto, quién gana más.
1¿Qué es un abogado?
El abogado es el profesional que se encarga de asesorar, defender y representar los intereses de una persona o entidad en un procedimiento judicial o extrajudicial. Su papel va mucho más allá de los tribunales: también orienta a sus clientes en materia legal, redacta contratos y busca soluciones legales a los conflictos cotidianos.
En España, para ejercer como abogado es necesario contar con un Grado en Derecho y posteriormente cursar un Máster de Acceso a la Abogacía, además de superar un examen estatal.
2¿Qué es un procurador?
El procurador, por su parte, actúa como representante procesal de las partes ante los tribunales. Es decir, es la persona encargada de recibir notificaciones judiciales, presentar escritos en nombre de su cliente y garantizar que todos los trámites del proceso se realizan correctamente y en plazo.
Aunque su función pueda parecer más técnica o burocrática, el procurador desempeña un papel clave para que el procedimiento judicial avance sin errores. En muchos casos, abogados y procuradores trabajan en equipo, lo que permite una defensa más ágil y eficaz.
3Principales diferencias entre procurador y abogado
Hemos visto la función de cada uno, pero ¿qué diferencia hay entre un abogado y un procurador? Esta es una cuestión que genera mucha curiosidad entre quienes se acercan al ámbito legal por primera vez. Sus principales diferencias son:
1. Función principal
La diferencia entre procurador y abogado se centra, sobre todo, en el tipo de labor que desempeñan. Mientras el abogado defiende y asesora, el procurador representa y tramita. En otras palabras, el abogado argumenta, negocia y plantea estrategias jurídicas, mientras que el procurador actúa como el enlace formal con el juzgado.
2. Formación académica
Ambos profesionales deben cursar el Grado en Derecho, pero sus caminos se separan después. Los abogados deben completar el Máster de Acceso a la Abogacía, mientras que los procuradores deben realizar el Máster en Procura y Representación Procesal.
3. Responsabilidad ante el cliente
El abogado tiene una relación directa con su cliente: lo escucha, analiza su caso y diseña la estrategia legal. El procurador, en cambio, no suele mantener contacto constante con el cliente, sino que actúa por delegación del abogado, encargándose de los trámites procesales.
4. Presencia en el proceso judicial
En la mayoría de los procedimientos judiciales es obligatoria la intervención del procurador, especialmente en los juzgados de primera instancia. Sin embargo, en algunos casos menores, como los juicios verbales de menor cuantía, solo se requiere abogado.

4¿Quién gana más: un abogado o un procurador?
Esta es una pregunta que muchos se hacen: ¿quién gana más, un abogado o un procurador? La respuesta depende de varios factores, como la experiencia, la especialización y el tipo de clientes. En términos generales, los abogados suelen tener una mayor capacidad de ingresos, especialmente si trabajan en despachos grandes o se especializan en áreas con alta demanda (como derecho mercantil o penal).
En cuanto a los rangos salariales, un abogado junior en España puede ganar entre 25.000 y 35.000 euros brutos anuales, mientras que un abogado con varios años de experiencia o en un despacho de prestigio puede superar fácilmente los 60.000 o incluso 100.000 euros al año. Por su parte, un procurador suele percibir entre 20.000 y 30.000 euros anuales en sus primeros años, pudiendo alcanzar los 50.000 euros o más si cuenta con una cartera amplia de clientes y experiencia consolidada.
No obstante, los procuradores con una cartera sólida de clientes y una buena reputación también pueden alcanzar ingresos considerables. Como ocurre en muchas profesiones jurídicas, el prestigio y la experiencia son claves para el éxito económico.
5Colaboración entre procurador y abogado
Aunque sus funciones son diferentes, abogado y procurador trabajan de forma coordinada. El abogado diseña la estrategia legal, redacta los escritos y asesora al cliente, mientras el procurador se encarga de presentar los documentos en el juzgado y realizar el seguimiento procesal. Esta colaboración es esencial para garantizar que los derechos del cliente estén plenamente protegidos.
En este sentido, conocer bien los tipos de derecho y las diferentes ramas jurídicas, así como formarse en programas especializados como el Máster de Ética Digital online en nuestra universidad online, permite a ambos profesionales especializarse y ofrecer un servicio más completo y eficiente.
6Ejemplos prácticos
Imaginemos que una persona interpone una demanda civil por incumplimiento de contrato. El abogado será quien redacte la demanda, la argumente jurídicamente y represente al cliente en el juicio. El procurador, por su parte, presentará la demanda en el juzgado, recibirá las notificaciones y garantizará que todos los plazos se cumplan correctamente. Sin uno de ellos, el proceso se vería incompleto.
Del mismo modo, cuando una empresa participa en procesos de contratación pública, ambos profesionales pueden colaborar para garantizar la legalidad del procedimiento. Si te interesa este tema, te recomendamos leer nuestro artículo sobre qué es una licitación, donde explicamos paso a paso cómo funcionan estas convocatorias.
En resumen, la diferencia entre procurador y abogado radica en sus funciones: el abogado defiende, asesora y diseña estrategias jurídicas, mientras el procurador representa procesalmente y gestiona los trámites ante el juzgado. Ambos son figuras indispensables para el buen funcionamiento de la justicia. Y aunque sus roles sean distintos, su colaboración es clave para garantizar un proceso justo y eficaz.