La universidad no puede estar de espaldas al mercado laboral

Paco Ávila

Vía Diario Sur.

La universidad online Utamed, que abrirá en septiembre de 2025, inicia un proceso para reclutar investigadores.

 

Con el proyecto de ley aprobado en el pleno del Parlamento autonómico, la Universidad Tecnológica del Atlántico-Mediterránea (Utamed) ultima sus detalles antes de la apertura, prevista en septiembre de 2025. En su catálogo académico inicial, con previsión de ampliarse en los próximos años, aparecen las facultades de Empresa digital, Tecnología y Derecho, Humanidades y Ciencias Sociales y Ciencias de la Salud, con once grados, ocho másteres y dos doctorados. La Utamed, impulsada por el Grupo Medac - MasterD, especializado en FP, cuenta con la participación de Vocento, grupo de prensa regional líder en España y editora de SUR, y con el gigante de la inversión KKR.

Su presidente, Paco Ávila, revela que en los próximos meses se pondrán en marcha los grupos de investigación, más de un año antes del comienzo de la actividad docente, además de la creación de una oficina de apoyo global al profesorado, respaldo que incluirá financiación de proyectos y pago de gastos técnicos asociados a la publicación. La universidad, de carácter privado y online y con sede en Málaga, se centrará en las nuevas realidades digitales, en torno a las que pretende, en palabras de sus promotores, «contribuir a la creación de empleo y la atracción de talento».

–¿En qué punto organizativo se encuentra la Utamed?

–La aprobación del proyecto llegó en septiembre después de muchos años de tramitación y aun más de planificación. La idea inicial era comenzar la docencia el próximo septiembre, pero en tanto que nuestro objetivo es salir con las mayores garantías de calidad posibles, decidimos planificar el inicio de la docencia para septiembre de 2025. Ya hemos consolidado gran parte de la estructura académica, incluido un consejo científico asesor. El resto de las incorporaciones se harán paulatinamente hasta el verano de 2025, son muchos los currículums que están llegando de académicos de toda España interesados en nuestro proyecto. Las memorias de todos los títulos están ya preparadas y listas para su evaluación.

–¿Qué puede aportar una universidad nueva como Utamed a su personal docente e investigador?

–Por lo general, muchas universidades están más centradas en la parte docente que en otra cosa. Nosotros queremos que la Utamed, sin perder esa vocación docente, esté orientada a la investigación y la transferencia de conocimiento. Entre otras medidas de impulso a la investigación y al crecimiento de las carreras profesionales, destaco que el cincuenta por ciento de la jornada del docente estará dedicada a la investigación. El profesorado, para poder avanzar en su carrera, necesita recursos que financien su investigación, al margen del tiempo liberado que he señalado. Nuestro objetivo es ofrecer un apoyo global a la labor investigadora del profesorado, que incluya financiación de proyectos, pago de gastos técnicos asociados a la publicación como el 'open access' o asesoramiento en materia de solicitud de proyectos competitivos. Somos una universidad con un gran respeto por la meritocracia, los investigadores que produzcan por encima de la media serán incluidos en un equipo de alto rendimiento, con acceso a recursos especiales, tanto económicos como técnicos. 

–¿Qué ventajas tendrá la inclusión en ese equipo?

–Vamos a trabajar activamente por reducir el tiempo medio de ascenso de categoría, acreditación en términos académicos. Estos tiempos estarán marcados por los años de docencia que exige la agencia de acreditación, nuestra institución fomentará que en ese periodo el profesorado pueda contar con el resto de los méritos exigidos. Y como éste, tenemos muchos procesos definidos. El alumno no será el centro, será muy importante, pero no el centro, el corazón de la Utamed será su profesorado. Si el personal docente-investigador está motivado y cree en el proyecto lo demás, es decir, calidad docente, calidad investigadora y transferencia de conocimiento a la sociedad y la empresa es mucho más sencillo y viable. De modo que la carrera de los docentes no dependerá del esfuerzo que realicen en su tiempo libre o del empleo de recursos económicos propios, sino de un trabajo colectivo planificado a escala universidad y por supuesto de la propia valía del académico.

–¿Cuáles serán los reclamos para el personal docente júnior?

–Creo que se ha perdido la meritocracia. No tiene sentido que un docente que atraiga proyectos internacionales cobre lo mismo que otro que no atraiga ningún proyecto sólo porque tengan la misma categoría profesional, o que la publicación de artículos y la actividad investigadora no se premien. Nosotros vamos a crear una universidad meritocrática. Y el personal júnior sabrá que vendrá a una universidad que cuenta con una estructura de apoyo. Vamos a crear líneas de investigación y una oficina de tramitación de proyectos para simplificar los problemas burocráticos. El talento júnior verá que nos preocupamos por su desarrollo, que vamos a acelerar los procesos y que, si destaca por encima de la media, escalará en su carrera profesional.

–Y para captar el talento sénior, ¿cuál es su idea?

–El cinco por ciento de la facturación de la Utamed, más el dos y medio por ciento de su Ebitda (beneficio bruto de explotación) se dedicarán a la investigación. Eso implica una gran potencia de apoyo de la investigación, por lo que el personal sénior encontrará en la Utamed un contexto óptimo en el que expandir sus líneas de investigación. Además, en función del volumen de proyectos que generen y de los resultados de estos proyectos, tendrán incentivos adicionales. El sénior que sea realmente bueno puede ganar mucho dinero mediante nuestra política de incentivos. Es para mí como la sociedad deseada: igualdad de oportunidades pero no de resultados. Quien más se involucre, más produzca y más objetivos cumpla, más ganará. 

–¿Cuándo comenzarán a trabajar los grupos de investigación?

–Como decía antes, queremos crear una cultura muy orientada a la investigación y la transferencia de conocimiento. Nuestra idea es crear los grupos de investigación antes de que acabe este año, aunque la Utamed no abra hasta septiembre de 2025. Vamos a ser la primera universidad de España que tenga grupos de investigación constituidos y en funcionamiento, dotados de presupuesto, un año antes de la apertura. Así podremos ir captando talento sénior en las áreas principales.

–¿En qué consistirá esa transferencia de conocimiento de la que tanto habla?

–La producción científica estará coordinada con las empresas para que de ahí salga innovación que sea útil para las compañías. Eso las hará más competitivas. Pero para eso hacen falta proyectos conjuntos de investigación entre la Universidad y las empresas, si bien la colaboración con las empresas irá más allá del desarrollo de proyectos conjuntos. Por ejemplo, nos comprometemos cada dos años a modificar al menos el quince por ciento del currículum de cada titulación, y esas modificaciones estarán inspiradas por la evolución del mercado laboral y serán planificadas a través de nuestras colaboraciones con empresas de referencia. Es complejo y costoso, pero de otra forma sería imposible la transferencia. Esto hará que nuestro alumnado se matricule en títulos siempre actualizados, con un foco claro en la empleabilidad.

–¿No resulta arriesgado adaptar la formación universitaria a algo tan volátil como el mercado?

–El mercado laboral es la realidad de la vida y la universidad no puede estar de espaldas. Hay muchos docentes que piensan que no tienen nada que ver con la empleabilidad y eso es un error gravísimo. Tenemos que ser tan flexibles y abiertos como el mercado laboral. De lo contrario, se seguirá incrementando la desalineación entre lo que pide el mercado laboral y lo que se enseña en las universidades, como ocurre ahora.

–¿Pero eso no hace de la universidad algo circunstancial y no universal, como señala su propia etimología? 

–La universalidad radica en el acceso, en la libertad de cátedra, en el fomento del pensamiento crítico y plural, en el desarrollo de conocimiento y en la búsqueda de la verdad. Si no, ¿a qué se refiere? Apostamos por una formación que trascienda las coyunturas del mercado laboral, que son cambiantes. Entiendo que pueda preocupar que la universidad se oriente tanto al mercado laboral, pero nuestro objetivo va por ahí. Haremos mucha investigación aplicada, aunque sabemos que eso no podría existir sin la investigación básica. Pero para eso ya hay universidades que pagamos con nuestros impuestos y con buenos resultados.

–¿Y por qué online?

–Porque nuestro objetivo es democratizar la universidad. Y eso supone hacerla online; hay gente que trabaja, que vive lejos de un centro universitario, que debe compaginar circunstancias de todo tipo con sus estudios y que por lo tanto no pueden asistir de manera presencial. Nuestra propuesta viene a completar la oferta universitaria actual, no a competir con ella. De ahí que nos centremos en las áreas que no son eminentemente prácticas. Dicho de otra forma, nunca ofreceremos titulaciones como Medicina, pero sí ofreceremos formación con un gran impacto social. Deseamos contribuir al progreso económico y al desarrollo de nuestra región. Además, la modalidad online nos permite contratar a los mejores estén donde estén y garantizar que el seguimiento del alumno sea más personalizado incluso que en una universidad presencial. 

–¿Cómo afecta la realidad burocrática a la puesta en marcha?

–Nos parece que tiene sentido en algunos casos y, en otros muchos, pensamos que no tiene sentido. Desde nuestro punto de vista reduciríamos toda la burocracia tanto para la aprobación de las universidades como para la aprobación de los títulos académicos. Yo me centraría en un buen equipo de inspección que analice y controle que las universidades cumplen los requisitos de investigación, docencia y transferencia que se marquen y no tanto en complicarles su llegada al mercado.

–Usted que se ha dedicado a prestigiar la formación profesional, ¿cómo va a hacerlo con la universidad online y privada?

–Es cierto que las universidades privadas están desprestigiadas. Parece que regalen los títulos, pero la verdad es que algunas están mejor situadas en los ránkings internacionales que muchas públicas. Hay una percepción histórica injustamente elaborada. Y la forma de prestigiarla es cumplir con los objetivos en materia de docencia, investigación y transferencia.

–¿Cómo harán compatible la accesibilidad de la que hablan con el carácter privado de la Utamed?

–Nuestros precios de matrícula son bastante democráticos, no hablamos de veinte mil euros ni de lejos ni buscamos un concepto elitista de universidad. Y habrá un ambicioso programa de becas.

–¿Qué cree que puede sumar su proyecto al tejido universitario?

–Somos un nuevo concepto de Universidad, muy unida a la empresa, centrada en el personal docente e investigador y con contenidos totalmente pegados al mercado de trabajo. Venimos a sumar, en esta universidad de la meritocracia el talento siempre tendrá nuestras puertas abiertas. Y además, tenemos muy claro que tenemos que alejarnos de los discursos rancios de competencia con la universidad pública. Venimos a mejorar nuestra sociedad, hacerla más líquida, igualitaria en cuanto a oportunidades y más competitiva.

La sede, finalmente en Málaga TechPark

–¿Cuál será la sede?

–Una instalación de más de 7.000 metros cuadrados en el corazón del Parque Tecnológico de Málaga, el Málaga TechPark. 

–Pero en principio, según anunciaron, iba a ser el edificio donde se ubica la sede de SUR.

–Sí, y nos encantaba la ubicación, pero es un edificio que se nos quedaba pequeño con la cantidad de personal que prevemos contratar, y además tiene cierto sentido instalarnos en el Parque Tecnológico. Tenga en cuenta que la Utamed es tecnológica.

–La universidad privada en España suele venir de la mano de la Iglesia o de apellidos ilustres...

–Que hayamos puesto en marcha la Utamed es síntoma de que la sociedad es más justa e igualitaria, que hay capilaridad, que es mucho más líquida. Todo está mejorando; la formación y el conocimiento son claves para que haya permeabilidad. 

–Ha hablado de los reclamos que tendrá la Utamed para el personal docente e investigador, ¿pero qué hay de los alumnos?

–Nuestra metodología de seguimiento será brutal. Adaptaremos el currículum al mercado laboral y cada año la Universidad acreditará una skill, porque nos parece terrible que, por poner un ejemplo, un estudiante acabe completo el tercer curso y realmente no tenga ningún tipo de acreditación hasta que termine el grado completo. Es como si los tres años anteriores del grado no le valiesen para nada.

–¿Cuántas veces se ha arrepentido de haberse metido en esto?

–No me he arrepentido nunca. Ha sido muy duro, pero ya sabe que los empresarios somos expertos en recibir noes todo el tiempo y seguir adelante.

 

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